Las personas que han seguido terapias individuales o grupales de origami no solo se han visto beneficiados claramente en el aspecto físico o cognitivo, sino también en el emocional, ya que este arte requiere altas dosis de paciencia y perseverancia, y, como los progresos terminan por aparecer, se obtienen gratas satisfacciones. El proceso de plegado se convierte en un momento de tranquilidad, aislamiento, concentración y relajación, y eso reduce el estrés y la ansiedad. Asimismo, completar un proyecto creativo mejora la satisfacción personal y la autoestima.
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